Estructura y Organización
Nacimiento de las Cámaras de Comercio
Todos los países industrializados occidentales cuentan con Cámaras de Comercio. Estas Cámaras tienen una larga historia, aún sin tener en cuenta a sus precursores, como son las agrupaciones de Comerciantes de los puertos marítimos (Venecia y la Hansa). El nombre de “Cámara de Comercio” aparece por primera vez en 1599 en Marsella. Como consecuencia de las ordenanzas reales de 1701-1702 surgen Cámaras de esa clase por toda Francia, y luego, tras una interrupción provocada por la Revolución Francesa, en toda Europa occidental. Su misión principalmente era asesorar al Estado en las cuestiones económicas. Hacia mediados del siglo XIX existen Cámaras de Comercio en casi todos los Estados del Continente, aunque no las hubiera todavía en todas las ciudades y en todas las regiones. El ejemplo francés influyó en numerosos países durante la época napoleónica, aunque adaptándose constantemente a las tradiciones nacionales.
Misiones de las Cámaras de Comercio
Las misiones de una Cámara de Comercio se establecen en función de los intereses comunes de sus afiliados y, por consiguiente, en función de las necesidades de la economía nacional. La Cámara de Comercio de los países industrializados occidentales se diferencia claramente de las asociaciones profesionales que sólo agrupan, cada una de ellas, a las empresas de una rama determinada (por ejemplo siderurgia, construcción, etc.) o de un mismo nivel económico (por ejemplo, comercio al por mayor, comercio al por menor, etc.) y que no se ocupan más que de sus problemas. La Cámara de Comercio corresponde al conjunto de la economía, cuyos intereses defiende.
Estos intereses comunes se manifiestan en tres direcciones. Se trata, en primer lugar, de una organización que crea instituciones y servicios en beneficio de las empresas. Se trata después de defender en común los intereses de la economía de la circunscripción ante los órganos públicos, bien en forma de dictamen de expertos, de informe o de propuestas. Y, por último, tales misiones de interés general engloban la promoción del comercio exterior.
Esa misión de defensa del interés común del conjunto de la economía de la circunscripción excluye una defensa de intereses unilaterales. Una Cámara de Comercio debe someter a un denominador común todos los sectores y todos los niveles a los que afecta una acción. Este objetivo permite desarrollar de manera equilibrada el conjunto de la economía del país y es, por tanto, de interés general. Por eso, las Cámaras de Comercio cumplen una función importante en un Estado moderno. Centralizan y filtran, en beneficio de todos, los intereses divergentes de la economía.
Estructura y Organización de las Cámaras de Comercio
Todas la Cámaras de Comercio de los países industrializados occidentales tienen como característica común el ser, en cuanto al fondo, una organización de empresas encaminadas a defender sus intereses comunes.
Es esencial que esa agrupación englobe a todas las ramas y todos los niveles y que sea interprofesional. Debe representar a la industria y al comercio, a los bancos, a los seguros y a los transportes, así como a los servicios sin que para ello jueguen papel alguno las dimensiones ni la forma jurídica de la empresa. Es esa la única manera de garantizar que una Cámara de Comercio sea verdaderamente representativa de la economía de su circunscripción.
Después de su representatividad, el segundo criterio esencial de una Cámara de Comercio es la estructura regional. En general, hoy existen Cámaras de Comercio en todas las ciudades económicamente importantes de un país y sus circunscripciones cubren la totalidad del territorio de este país. Esta estructura regional es necesaria para garantizar y promover el contacto directo de la Cámara con sus afiliados; sólo un marco bien delimitado puede permitirle desarrollar la iniciativa necesaria. Pero sobre todo, eso permite que se manifiesten las particularidades regionales y no se disuelvan inmediatamente en una organización global que abarque todo el territorio nacional.
La independencia de las Cámaras de Comercio
Una Cámara de Comercio no puede cumplir su misión si no es independiente frente al Estado. No puede ser la prolongación de la política y administración públicas. Tiene que poder exponer la opinión y los intereses de las empresas, ya que sólo tiene auténtico valor un asesor independiente. Debe estar en condiciones de decidir por sí misma respecto de las misiones a las que quiere dar especial importancia, de modo que responden a las necesidades de la circunscripción.
Esta independencia exige también que el Estado no ejerza una influencia decisiva en la organización de una Cámara de Comercio. Puesto que la Cámara representa una agrupación de empresas, éstas deben poder elegir por sí mismas a sus representantes en la Cámara.
La independencia de una Cámara de Comercio supone asimismo que tenga libertad para elegir a su personal. Son los órganos colegiados de la Cámara los que deben tener la facultad de decidir la selección del personal de la Cámara y de contratarlo, con el fin de que las decisiones que adopten sean ejecutadas correctamente y de que la calificación de ese personal responda a las misiones específicas de una Cámara de Comercio.
Conviene señalar, por último, que la independencia financiera es absolutamente indispensable. Una Cámara de Comercio no podrá cumplir las misiones ni ejecutar los trabajos que se le asignen si no dispone de los fondos necesarios. Como mínimo, debe aprobar ella misma su presupuesto.
Función consultiva de las Cámaras frente a las Autoridades
Una de las misiones más importantes de las Cámaras de Comercio de los países industrializados occidentales es la de informar a las administraciones estatales, regionales y municipales sobre las cuestiones económicas; exponer sus opiniones sobre los planes y las medidas económicas y y contribuir a la promoción de la economía mediante la presentación de informes y de propuestas. Estas actividades de asesoramiento se desarrollan hoy en todos los niveles. Huelga decir que las Cámaras de Comercio se preocupan en primer lugar de los problemas económicos de su circunscripción y que trabajan, por tanto, en colaboración con los municipios. Pero también los órganos públicos regionales tienen gran importancia, puesto que en ellos recae la responsabilidad de la programación del desarrollo y de las vías de comunicación, así como de numerosas cuestiones de gestión económica.
Dado que todas las decisiones centrales que atañen a los principales aspectos de la política económica se adoptan en las capitales, ha adquirido suma importancia la cooperación de las Cámaras dentro de una organización nacional, ya que esta organización nacional expone al Parlamento, al Gobierno y a los Ministros, respecto de la totalidad del territorio, las opiniones de las empresas, tal como han sido recogidas por las Cámaras de Comercio, y sugieren medidas de promoción económica. Es a este nivel al que las Cámaras de Comercio, conjuntamente, adoptan una posición sobre la legislación relativa a todos los sectores y sobre las cuestiones de procedimiento administrativo en las cuestiones económicas, sin olvidar sus problemas del comercio exterior.
Información y asesoramiento
La segunda misión esencial de todas las Cámaras de Comercio es la de prestar ciertos servicios a las empresas de su circunscripción.
La información general se completa habitualmente con toda una actividad de informes y asesoramiento. Es especialmente importante para las empresas pequeñas y medianas poder plantear a su Cámara toda cuestión que les preocupe y encontrar en ella un asesoramiento motivado, ya se trate de problemas jurídicos, fiscales, económicos o de otra clase.
Es frecuente que cuenten asimismo con un servicio de capacitación en técnicas de gestión para permitir perfeccionarse al personal de las empresas. Esta capacitación está organizada por las Cámaras y puede darse en forma de cursos.
Al margen de estos servicios, de los que se benefician todas las empresas, es muy frecuente que existan también instituciones comunes para la circunscripción o que incluso rebasen ese marco. Se puede señalar a este respecto las bolsas de cooperación que fomentan la cooperación entre empresas mediante la publicación de ofertas y demandas.
El Comercio Exterior
Uno de los servicios que se ofrece concretamente a las empresas de la circunscripción es la promoción del comercio exterior, actividad que se ha desarrollado de la misma manera que las prestaciones generales ya citadas y que representa con frecuencia uno de los ejes del trabajo diario de las Cámaras. Todas las Cámaras de Comercio de los países industrializados occidentales tienen competencia para expedir los certificados de origen. Extienden certificaciones para las empresas dedicadas al comercio exterior, legalizan documentos comerciales y se esfuerzan por simplificar los formularios; en el marco internacional son, entre otros, la Cámara de Comercio internacional y el Programa Especial sobre facilitación del comercio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo los que se ocupan de esta simplificación.
Las Cámaras cuentan frecuentemente también con un servicio de cobros que ayuda a las empresas a percibir las cantidades de las que son acreedoras. Incluso cuando, desde un punto de vista oficial, las Cámaras de Comercio no pueden encargarse de esta misión, ofrecen sus buenos oficios en caso de dificultades de pago para negociar entre las partes. La Oficina Internacional de cámaras de Comercio ha creado para ello una red internacional que asegura una cooperación de las Cámaras interesadas más allá de las fronteras.
Las Cámaras prestan su ayuda a sus miembros con información y asesoramiento para concertar convenios de arbitraje y para el nombramiento de árbitros.
La misión principal de las Cámaras de Comercio en materia de promoción del comercio sigue siendo aún, sin embargo, en gran parte, una actividad de información y de asesoramiento. Esta actividad es especialmente compleja debido a que no se trata sólo de las propias reglamentaciones aduaneras y monetarias de los principales copartícipes comerciales de su país, sus legislaciones en materia de comercio exterior y de libertad de establecimiento y las prescripciones relativas a los visados de carácter económico o jurídico. Además, tienen que facilitar las direcciones de los importadores y exportadores que deseen establecer nuevos contactos.
La promoción concreta del comercio exterior engloba también las ferias, de las que se ocupan las Cámaras de Comercio. Las Cámaras organizan no sólo la información sobre las ferias nacionales y extranjeras, sino que preparan asimismo pabellones comunes en ferias en el extranjero.
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